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sábado, 30 de junio de 2018

EL VIAJE DE SAID


Tenemos una escuela y un sistema de educación que hace aguas, cientos de vías de agua. El alumno pasa por centros educativos sin pasar, quiero decir con ello que puede realizar una raíz cuadrada o una ecuación de segundo grado, pero sin desarrollar la inteligencia, el raciocinio, el pensamiento, el conocimiento,…el conjunto de su personalidad. Y ello es así si partimos de un ejemplo práctico: la acogida del Aquarius.

Bien profesor o libro, que deberían haber tenido una implicación mayor en el desarrollo y conocimiento de la historia basado en el humanismo y en la ilustración, o bien el propio alumno, que debería haber desarrollado una conciencia de dichos hechos, tendrían que orientarse en un sentido menos sumativo de conceptos y más de reflexión.

Al no ser así, el españolito de pie no conoce la existencia de expolio realizado por Europa hacia esos países llamados tercermundistas, migrantes. España fue colonial y esclavista. Es verdad que esto ya está anclado en el pasado, pero los países tercermundistas, migrantes, viven en la injerencia de ese mismo pasado y siguen sin poder salir de ello.

Al no ser así, el españolito de a pie no actualizado no conoce la España que vende armas a algunos de esos países; y no vale decir que, si no se lo vendemos nosotros, se los vende otro. Estamos en una posición muy clamorosa en esa venta de armas. Por lo que puede que un raíl de cualquier tren se haya construido o colocado con dinero ganado con la sangre de paisanos, vecinos, familia,… de esos migrantes. Así de simplista es el asunto.

España para los españoles. En líneas generales podemos afirmar que las tierras del mundo están parceladas, pertenecen a ciertos; al españolito de a pie solo le pertenece el orgullo de una tierra que no le pertenece, su bandera y sus símbolos. Fronteras, muros, alambradas de pinchos,…diezmos.

El españolito de a pie debería saber que un país son sus gentes y, sociológicamente, la pirámide de la población se invirtió, pocos nacimientos y mayor esperanza de vida. La mejor manera de mantener a nuestro país era a través de los inmigrantes, con sus hijos, nosotros ya estábamos en dos, uno o ninguno, no existía perfil de futuro. No es una medida totalmente humanitaria, fue una medida política y económica. Y como los españoles teníamos abandonado el sector primario por el sector terciario, el de los servicios, (no es lo mismo depender de la climatología, de empresarios y mayoristas que terminan explotándote -no todo el mundo tenía para un tractor amarillo*- que sentados*, más o menos cómodos, y con un sueldo fijo; lo mismo ocurría, con sus más o menos, en el sector secundario), los inmigrantes vienen realizando la recogida de los productos de la tierra, como en Titulcia con la alcachofa. Otros, picaban la piedra en la sierra norte de Madrid para la construcción de nuestros chalés.  Todo ello nos venía de perlas. Mano de obra barata, mano de obra en constante y continua explotación. Mientras los españoles mirábamos de lado, estaban por debajo de nuestro estatus social. El famoso estado del bienestar.

Pero de ir tanto el cántaro a la fuente… la ilusión pereció ante la realidad. Había que buscar culpables y echarles los perros, por el cabreo y el malestar ante la nueva situación. Y qué mejor momento para fomentar las fobias contra migrantes, juzgados popularmente como los que quitaban el pan de la boca de nuestros hijos. A por ellos oe, a por ellos oe, a por ellos oe, a por ellos eoe.

Una alumna del instituto, en segundo de bachiller, no tenía para comprarse ni pan de sándwich para el tentempié de media mañana, padre y madre en un largo paro. Este paro no fue generado por los inmigrantes. ¿Ayudas a inmigrantes? Por qué no, eran la clase menos favorecida. Si el nacido en España era o es olvidado por un sector político, debería señalar a dicho sector como culpable de desigualdades. Y el campo y los pueblos siguen abandonados, se prefiere el paro y las ayudas a las inclemencias de la labranza y la recogida, aunque no se puede o se debe aseverar, porque de todo hay en botica.

La precariedad de la mujer en el trabajo tampoco viene de las migraciones, viene de quien viene. Unas sufren de racismo, otras de machismo. Estamos en en la misma bancada.

Hace ya algunos años, decidimos, como fin de curso, en el mes de enero, ir a Andorra a esquiar. Todas las mañanas, nos encontrábamos un autobús que le costaba Dios y ayuda subir a las pistas, mientras el nuestro subía perfectamente. El conductor del otro autocar era marroquí y no tenía la suficiente habilidad y destreza para aquel acceso a las pistas. ¿Era culpable el conductor o el empresario que pretendía ganar más con contratos basados en sueldos más bajos y no por calidad en el servicio?

Hace tres cursos, una alumna adulta, en una población madrileña con un gran índice de inmigrantes, me expuso su trabajo en una especie de pizzería, sin contrato, sin seguridad social y con baja remuneración. Ella entendía que esta situación era normal, pues las ganancias del dueño no daban ni para asegurarla ni para pagar más, el negocio sería ruinoso. Aproveché la clase de matemáticas y la pizarra se llenó de números. ¿Cuántos trozos de pizzas vendían? ¿A qué precio se vendían? Descontando luz, agua, electricidad, productos,…el dicho ganaba una pasta gansa. Ella se lo dijo y le pidió un contrato, al poder realizarlo por los números que no mentían. La contestación del menda no se hizo esperar “es lo que hay; si no lo quieres, te vas y tu puesto lo ocupará otra” ¿Culpable?

Es esa misma época, conocí el problema de las famosas camareras de hotel, inmigrantes en un tanto por ciento elevado, de un euro por habitación hasta tres euros, dependiendo de las subcontratas del hotel; en algunos, ni existía ni media hora para la comida. Y puse el grito en el cielo. Hace más bien poco Rajoy se hizo la foto con ellas, ellas no le mandaron a hacer puñetas, pensaban que podían más ganar que perder y accedieron a la foto. Mucho hablar y hablar y hoy el tema parece olvidado, la foto queda como documento gráfico político. ¿Culpable?

El hecho que ciertos colectivos abanderen y parezcan, solo parezcan, estar con ellos frente a españoles, puede ser márquetin o búsqueda de votos. ¿Culpable? Aunque nunca se puede aseverar algo al 100%, pues, en la viña del Señor*, hay de todo.

España es un territorio agradable, interesante, bonito, su clima es la envidia de otros países y su gastronomía, sus costumbres (dependiendo que costumbre), sus gentes (dependiendo qué gente),…Somos españoles por nacimiento y sentimos el agrado de serlo, pero ello no incluye el aceptar lo inaceptable, esa parte criticable que desentona con los valores y derechos universales, con la corrupción, con el maltrato, con el machismo, con la homofobia, con la xenofobia,…y con echar la culpa al vecino; ello nos hace postular un país diferente y, el que no nos guste lo que vemos y percibimos, no es para que se nos diga “márchate de aquí, si no te gusta España” y se nos tache de demagogos. No, no nos gusta esta España convulsa de actitudes enfermizas, queremos otra España hermanada, sin barreras, con miras más allá del “ándeme yo caliente y ríase la gente”, una España transversal, de valores, derechos y libertades, fuera de una sociedad caduca y retrógrada, hacia un objetivo de igualdad como ciudadanos diversos, ciudadanos del mundo; difícil, sí, pero debiera ser nuestro objetivo.

  




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