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miércoles, 16 de octubre de 2019

LA VÍSPERA DE CASI TODO, de Víctor del Árbol



Premio Nadal 2016


Cinco de los personajes de La víspera de casi todo son asesinos y, de los cinco, tres son asesinos múltiples. Los criminales de la nueva novela de Víctor del Árbol (Barcelona, 1968), ganadora del Premio Nadal 2016, tienen impacto periodístico: pederastas infanticidas y torturadores en serie. La repugnancia que provocan alivia o exime de culpa al justiciero que les revienta la cabeza a culatazos de pistola o les pega dos tiros. En Málaga, en el verano de 2007, un asesino de niñas secuestra, viola y mata a la que será su última víctima. Tres años después, antes de terminar de destruirse a sí misma, la rica heredera Eva Mahler, estrella de las revistas del corazón y madre de la muerta, huye de su casa. El azar la llevará a la Costa da Morte, a un lugar perdido entre acantilados, donde, como avisa la voz que cuenta la historia, también “existían monstruos ocultos que vivían en la ciénaga”.
Las criaturas de Víctor del Árbol tienen mucho pasado encima. Se mueven en atmósferas que alguien podría llamar líricas: una sonrisa es “la pértiga con la que saltaba cualquier dificultad” uno de los protagonistas, por ejemplo. El paso de la narración es pausado (incluso en los momentos de violencia hay tiempo para prestar oído al ambiente: “El zumbido de las moscas era una canción macabra”), y lo brutal y lo sentimental se concilian en el espanto. Otra niña desaparece y una familia arde viva en su casa, pero las atrocidades se rodean de cosas bellas: poemas de Juan Gelman, imágenes de Gauguin y Vermeer, evocaciones de Proust y Cortázar, un Mercedes descapotable de 1963, un piano Bösendorfer. La dueña del hostal hitchcockiano al que llega Eva quema en la chimenea un novelón de Thomas Mann, quizá un homenaje al detective Carvalho de Vázquez Montalbán. Cuando Eva aparece por primera vez, suena música: Hurt, la canción de Nine Inch Nails que cantó Johnny Cash (“Me hago daño a mí mismo para ver si todavía siento. Me concentro en el dolor, lo único real”).
EL PAÍS

Resumen

Germinal Ibarra es un policía desencantado al que persiguen los rumores y su propia conciencia. Hace tres años que decidió arrastrar su melancolía hasta una comisaría de La Coruña, donde pidió el traslado después de que la resolución del sonado caso del
asesinato de la pequeña Amanda lo convirtiera en el héroe que él nunca quiso ni sintió ser. Pero el refugio y anonimato que Germinal creía haber conseguido queda truncado cuando una noche lo reclama una mujer ingresada en el hospital con contusiones que muestran una gran violencia.
Una misteriosa mujer llamada Paola que intenta huir de sus propios fantasmas ha aparecido
hace tres meses en el lugar más recóndito de la costa gallega. Allí se instala como huésped en casa de Dolores, de alma sensible y torturada, que acaba acogiéndola sin demasiadas preguntas y la introduce en el círculo que alivia su soledad.
El cruce de estas dos historias en el tiempo se convierte en un mar con dos barcos en 
rumbo de colisión que irán avanzando sin escapatoria posible.

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