CORREO ELECTRÓNICO

sábado, 5 de febrero de 2011

DE LA DESMEMORIA Y DE LA HISTORIA

Se dice que cuando llegamos a la vejez, a la tercera edad, a la edad dorada, nos volvemos un tanto niños. ¿Significa eso que utilizamos las verdades a medias, o la mentira como verdad? Tal vez, entremos en ¿un incipiente y galopante alzhéimer? Las frustraciones se pueden volver victorias, la cobardía valentía, la rudeza comedimiento,…
Con el pasar de los años ¿modificamos nuestra pequeña historia, nuestros sentires, nuestras acciones, nuestra proyección en el presente pasado que nos tocó vivir?
Hace unos días, antes de hoy, escuché con gran sorpresa las declaraciones de Santiago Carrillo que venían más o menos a decir que en Rusia no fracasó el Comunismo, pues no era en si un comunismo, era capitalismo. ¿?
Entonces, ¿el capitalismo del que nos hablaba Carlos Marx se desarrolló en Rusia? ¡Vaya cacao mental se me produce cuando alguien me trabuca los presuntos conocimientos que adquirí! Tal vez, Pinochet no existió o era Pinocho y su nariz; tal vez, no existieron o no es como nos lo contaron la historia de Hitler y el holocausto judío, Franco y sus cuarenta años,… o la Dama de Elche era una barbi salida de la factoría de juguetes norteamericana,… o las cuevas de Altamira eran un reducto o buhardilla en la que se escondía Dalí, un hispano del Japón afincado en Escocia, de donde son famosas dichas cuevas.
¡Qué dudosa historias me contaron, estudié, leí, aprendí!
Pondré un ajo en el dintel de mi puerta, no sea que me visite la desmemoriá, vestidita de negro y con jabón para lavar las no existentes o modificables realidades de nuestro pasado.

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