Ayer, domingo 24 de julio de 2011, fue un día algo especial. Decidí visitar Madrid centro con mi familia y opté por no utilizar mi propio coche (el famoso utilitario), por lo que tomamos el autobús (servicio público).
· ¿Por qué lo denominamos público si es de una empresa privada? Deberíamos llamarlo colectivo, no público.
· Por estos lares perdidos de la mano de Dios, pasa cada tanto por mucho; pero, acertamos en la hora de cogerlo, al “tontun”, pues sólo en la marquesina existe una pegatina con la hora de salida (del lugar en el que empieza la ruta) y la hora de llegada (del lugar en el que termina el servicio); hay que aplicar las matemáticas a la incógnita de la información puntual.
· ¿1€ 50 céntimos el billete por un recorrido de 6 u 8 kilómetros? Si vais tres de familia la cosa se pone en 4€ 50 céntimos; más la vuelta, suman un total de 9 € que no es moco de pavo. Con ese dinero podría ir y venir en mi propio coche, más cómodo y sin mayores complicaciones.
6 u 8 kilómetros en autobús, hasta la parada más cercana del tren, Humanes.
· ¿2€ 80 céntimos a Atocha? ¿5€ 60 céntimos ida y vuelta? ¿Lo mismo un billete simple que ida y vuelta?
5€ 60 céntimos por tres es igual a 16€ 80 céntimos.
· Un suma y sigue, a los 9€ del autobús le sumamos los 16€ 80 céntimos del tren y nos da un total de 25€ 80 céntimos, siempre y cuando sólo seáis tres, si sois más, pues más guita a gastar. Con este dinero podría ir y venir en mi propio coche, más cómodo y sin mayores complicaciones, y pagar una plaza de aparcamiento cerca de la zona mientras disfrutaba de Madrid.
De vuelta a casa. Tren y después autobús. 45 minutos de espera al autobús (colectivo que no público); se aproxima, se detiene, abre la puerta, subimos, pedimos tres billetes e intentamos pagar con un billete de 20€, digo intentamos porque el conductor según normas, nos comunica que con ese billete no se podía pagar, que como máximo con uno de 5€, por lo que nos tuvimos que bajar; cierra la puerta y se larga. Como era domingo y tarde de calor, los negocios estaban cerrados, menos mal que los chinos siempre están “para un roto y para un descosido” y nos cambiaron el billetito. 1hora de espera hasta un nuevo autobús. Si a los primeros 45 minutos de espera, al autobús del que nos hicieron bajar por el billete de 20€, le sumamos la hora de espera, al segundo autobús, nos da un total de 1 hora 45 minutos, 1h 45 minutos que podríamos haber utilizado para estar en el salón con el aire acondicionado, leyendo un libro, metido en redes sociales, durmiendo una siesta tardía, perdiendo el tiempo, comentando el día, sacando a pasear el perro, preparando la merienda o haciendo la cena,…
¿Transporte público o transporte particular? Redireccionemos la pregunta. ¿Transporte colectivo o transporte particular?
¿Qué beneficio sacamos de dicho domingo por utilizarlo? ¡Ninguno! Ni económico, ni de tiempo, ni de ninguna clase. No vivimos una pesadilla, pero sí sinsabores no muy gratos.
¡Me queda la duda como defensor “a ciegas” que he sido del transporte público! Los benditos me aplaudirán por no contaminar con mi coche en esa ocasión, pero los demás coches estaban allí, en Madrid, atufando al personal. ¿Qué puede el mío frente a una tropa? ¡No me sirve de complacencia! Como dice el refranero popular “cornudo y apaleado”.
Posdata: Y en el Retiro, lugar en el que paseamos, un bote de refresco va desde 1€ 80 céntimos a 2€. Entrar al servicio de un chiringo en zona pública con cártel de público, 50 céntimos por persona. ¡Qué guay! Suma y sigue.
El día, a pesar de lo expuesto, mereció la pena: convivencia familiar, paseo, Museo Antropológico gratis (África, Asia y América), exposición pintura Palacio de Velázquez, visita al Palacio de Cristal, guiñol, bocatas de tortilla y fiambre preparados en casa, recorrido con el barco solar, fotos y fotos y… Asamblea del movimento15 de Mayo.
Pancartas de cartón, tela; banderas autonómicas que hablaban de los que venían de fuera; chapetas; movimiento de muñecas y dedos, como rito de asentimiento o conformidad; aplausos, vítores,… rumor de un intento de desalojo, que fue atajado por una joven del movimiento que, con megáfono en la mano, explicó como el canal de Isabel II estaba cortando calles o caminos, no más. A lo cual el coordinador expresó que éramos muy dados a la invasión de los marcianos sin darse ésta.
Exposición de ideas, juventud y algún que otro viejete, aparejos de vestimenta parecido, mochilas, esterillas,…:
· Las horas extras deberían ser repartidas, supondrían nuevos puestos de trabajo.
· Fuera ley de extranjerismo
· Revisión de instituciones
· Ir más allá en el concepto del paro
· Conjuntar todas las demandas, todas las manifestaciones, trabajar conjuntamente todos en todos los problemas a solucionar, no individualismos ni personalismos
· …
Grata sencillez, grata juventud que ve el mundo con un posible futuro, con un posible cambio, con posibilidades hacia un fin más humano, más igualitario y menos diferencias. Juventud divino tesoro. No se es joven si no se es rebelde, no se es joven si no se tiene ideales, no se es joven si uno no quiere comerse el mundo, no se es joven si no se es ingenuo.
Mas, la juventud pasa, y la necedad del equilibrio te hace asumir cánones, roles, una economía de la cual depende el bienestar primario y secundario de tu familia; te abotargas, te asientas en una clase media, si puedes, y vives relegado en los límites de la decencia y de la indecencia, en un ándeme yo caliente que con mis problemas tengo ya excesiva carga. Insolidaridad; relaciones humildes, sin contactos “al pie de cara”, de un tú a tú y no a través de pantalla, mensajes, redes sociales,... Maquinitas que nos encierran en un mundo de juegos y placer solitario. Juventud, divino tesoro perdido.
Mas, una duda, una pregunta: ¿surgiría dicho movimiento sin la crisis actual, sin el paro al que están abocados, sin la miseria de la que maman?
Mas, una duda, una pregunta: ¿alguno o alguna hará de dicho movimiento una plataforma para resolver su estatus o construir su futuro político?
Mas, una duda, una pregunta: ¿asistiremos a un nuevo mundo, a una nueva era?
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