Un tema con polémica para el que quiera polemizar. En Italia, los tecnócratas se han hecho con el ¿poder?, para sacar a Italia del “embolao” en el que se encuentra con esto de la “crisis” y lo malamente y lamentable que lo han hecho los políticos de turno, con sus facturas en los cajones y debajo de las alfombras, como la pelusa de no barrer bien y como es debido.
Hace tiempo que pensé y expuse que los estados deberían ser administrados por administradores y no por políticos sin “arte taurino” y con sus cientos de “consejeros espirituales”.
En la radio, escuché un: ¿cómo van a dirigir los tecnócratas el destino de una nación? ¡El destino de una nación debe ser realizado por la fuerza política gobernante dando al país un camino, un destino en relación con el interés de los gobernados!”
En parte, sólo en parte, tiene razón; la política es filosofía y la filosofía no debiera ser sustituida por el concepto administrativo, aunque el concepto administrativo arrastra también filosofía; pero,…
Lo cortés no quita lo valiente, es decir, que podemos seguir haciendo uso y disfrute de nuestros políticos, pero, a la vez, la economía debiera ser desarrollada por mentes pensantes que no dediquen su tiempo a aflojar la bolsa de caudales públicos, pues dependiendo de lo que se ingrese así podrá realizarse el gasto, no gastar y gastar, no de crédito en crédito y “tiro porque me lleva la corriente” como en el juego de la oca.
La economía del Estado es como la economía de una casa; hay que cubrir las necesidades, pero dentro de su presupuesto; ni derroches, ni consumismos, ni lujos inalcanzables y no útiles; todo en su justa medida, no hace falta llegar a un estado de dictadura comunista, pero tampoco al estado de bienestar engañoso en el consumo desaforado y desorbitado en un “soy lo que tengo”.
¿Si no tengo, no soy? ¡Qué barbaridad! “Ser o no ser, he ahí el dilema”.
Tecnócratas, sí, siempre que éstos no sean tecnócratas políticos; sólo simples tecnócratas, que no filosofen con teorías, que sean realistas con la realidad de las partidas de entrada y de salida en el libro de contabilidad del Estado.
Y déjense de monsergas de que donde esté un político… Un político puede encontrarse al pegar una patada a una piedra, mas el mismo procedimiento no sirve para encontrar ni dinero ni trabajo, ni un estado de bienestar al que tenemos derecho todos y cada uno de nosotros, con dignidad y libertad. Y ello no es morder la mano al político. Los mordiscos han venido de parte de algunos de ellos y así nos va.
Mientras el dinero corría, todo era impresionante; se cerró el grifo, se acabó el agua. Si no valen, que se vayan a su casa, a comprobar si su marido o mujer les permite quebrar la economía familiar con el disgusto que esto acarrea y sin poder comprar zapatos a sus hijos.
La realidad supera al debate de tecnócratas sí o no. Realmente el debate debiera ser un grito unánime de ¡queremos una solución!
No hay comentarios:
Publicar un comentario