Ni con el paso del tiempo se desvirtuó, cambió o modificó el objetivo que se
propuso, objetivo a través del cual estructuró su vida. para ello necesitaba
dinero, bastante dinero, todo el dinero que pudiera conseguir; por ello no
desayunaba ni cenaba, sólo comía para mantener en vilo el equilibrio entre
cuerpo, materia y naturaleza, nada de comidas en el exterior, nada de fiestas
que le supusiesen gastos extraordinarios, nada de vida social; vivía en una
habitación alquilada con los cuatro enseres necesarios, sin bombo ni platillo,
una mesa, una silla (para sentarse y colgar su escasa ropa), una cama y una
lámpara; su vestimenta de lo más sencilla y económica, de quita y pon;
calcetines que lavaba por la noche, los tendía y a la mañana siguiente los
volvía a poner en sus pequeños y blanquecinos pies. Siempre esquivo en gastos
“superfluos”. Sólo arriesgaba el dinero en bolsa y sus pequeños ahorros se
transformaron en grandes sumas de dinero. ¡Al fin! con
el dinero obtenido de su trabajo y de sus inversiones y con los conocimientos
en aero-mecánica adquiridos en sus rutinarias y múltiples lecturas, desde que
se propuso el objetivo, encerrado en aquella angustiosa habitación de la que
era viejo inquilino, se construyó una sencilla, artesana y económica nave
monoplaza para viajar al espacio exterior, a ese espacio donde no muchos han
estado y los pocos que viajaron no han contado todo lo que sintieron y vieron,
guardándose para sí lo más transcendental.
HORA DE SALIDA
Hora de salida, hora de llegada y ¡el primer pie de nuevo calcetín en la luna!
Luna
lunera cascabelera de aspecto ¿cómo definirlo? ¿De película? ¿De atracción
turística? ¿Desértica ratonera? ¿De amenazada leyenda? ¿Bola de espeso
silencio? ¿De gravitatorio mareo?
Un primer paso, un segundo paso, un tercer
paso y....
¿Su objetivo?
No parecía hallarse en aquel lugar tan inhóspito, ni a
primera vista, ni en un segundo plano, ni escondido a su ansiosa, nerviosa, desamparada
y triste mirada, estados de ánimo que le agredieron, desde sus pies con calcetines nuevos para la
ocasión hasta el corte de pelo de peluquería de moda para el momento tan
especial que le aguardaba.
¡Ni rastro de la existencia pasada o presente de lo
deseado y buscado!
¡Nada que se le
pareciera! pero, si sus agitadas sensaciones…, si desde la tierra…, pensaba que
su luz blanquecina…, tal vez sus sombras…, en la noche, creía contemplar…
¡Definitivamente, allí no lo hallaría!
¡Un redoble de final: después de una
vida tan…, para un final tan…!
No hay comentarios:
Publicar un comentario