Tres días, tres días de lectura adictiva; en esos tres días, he devorado la trilogía de "Los juegos del hambre" (Los juegos del hambre, En llamas y Sinsajo). Un empezar y un no parar. Un levantarme y un acostarme leyendo, avanzando en ese relato bien argumentado, desde su inicio hasta el final; una narración que salta por encima de los tópicos de la lectura "del bienestar final" donde se castiga al pérfido y se premia al virtuoso. Descripciones sencillas pero exuberantes dan al relato una plasticidad extraordinaria. El pensamiento, las sensaciones, los sentimientos, las dudas, los temores,... todos están ahí. Una moralidad compleja tiñe los deseos de los personajes. Hambre, opresión, pobreza. Una sociedad de futuro pero cercana a nosotros en su esencia, unas aventuras de ciencia ficción recreables y asimilables en nuestra inteligencia, una lectura para jóvenes y "adultos jóvenes". La simpleza de la condición humana se refleja sin grandes aspavientos y sin tintes melodramáticos y sin fármacos o fórmulas mágicas. Magistral la caracterización de los espacios y de los personajes con un hálito totalmente humano y común, en términos generales. De fácil y entretenida lectura.
lunes, 22 de julio de 2013
LOS JUEGOS DEL HAMBRE
Tres días, tres días de lectura adictiva; en esos tres días, he devorado la trilogía de "Los juegos del hambre" (Los juegos del hambre, En llamas y Sinsajo). Un empezar y un no parar. Un levantarme y un acostarme leyendo, avanzando en ese relato bien argumentado, desde su inicio hasta el final; una narración que salta por encima de los tópicos de la lectura "del bienestar final" donde se castiga al pérfido y se premia al virtuoso. Descripciones sencillas pero exuberantes dan al relato una plasticidad extraordinaria. El pensamiento, las sensaciones, los sentimientos, las dudas, los temores,... todos están ahí. Una moralidad compleja tiñe los deseos de los personajes. Hambre, opresión, pobreza. Una sociedad de futuro pero cercana a nosotros en su esencia, unas aventuras de ciencia ficción recreables y asimilables en nuestra inteligencia, una lectura para jóvenes y "adultos jóvenes". La simpleza de la condición humana se refleja sin grandes aspavientos y sin tintes melodramáticos y sin fármacos o fórmulas mágicas. Magistral la caracterización de los espacios y de los personajes con un hálito totalmente humano y común, en términos generales. De fácil y entretenida lectura.
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