CORREO ELECTRÓNICO

domingo, 6 de julio de 2014

DEL MUNDO DEL ARTE


 Cuando alguien osado y arrogante se cree poseedor de la sabiduría en el mundo del arte, más allá del me gusta o no me gusta, sin ser artista, ni poseer esa musa que te envuelve y te dice por dónde caminar, ni ser portador de esa jerga literaria que permite crear al autor, y pretende limitar y denostar el campo de la interpretación de ideas, sueños, realidades, creaciones, reglas,... ese alguien podrá saber donde se encuentran los Pirineos, pero no conocerá ni entenderá el universo de la palabra escrita, aunque mencione algún que otro autor y alguna que otra obra aprendida en su época de estudios de un libro donde sólo existe y existía el papel tintado. Ello, me recuerda una obra de teatro en la que Carlos Larrañaga y su hija Amparo Larrañaga interpretaban a un padre y a su hija, la hija enamorada de un pintor y el padre, como crítico de pintura, vilipendiando por su color y mezclas la obra del joven pintor. Al final, se descubre que el padre era ¡daltónico!
Nunca debiéramos marcar límites a la creación y menos si vienen de premisas conservadoras, religiosas, políticas, tópicas o de la escasez de conocimientos en un tema.
Recuerdo que:
"Tres sombreros de copa", de Miguel Mihura, fue en su momento una obra incomprendida; el teatro del absurdo se pensaba que no tenía cabida en la literatura de aquellos tiempos, a pesar de ser el autor un hijo de cómicos y el haber vivido en la farándula de la mano de sus padres y conocer, por ello, los entresijos de dicho arte. Hoy, es una de las obras más representativas del autor y por la que en verdad muchos le conocen. ¡Y divertidísima, a la vez que da que pensar! 
El teatro de temática social llegó a ser popular, a pesar de los intereses supuestamente del pueblo de comedia graciosa y barata ("Historia de una escalera", "en la ardiente oscuridad", "el concierto de San Ovidio",... de Antonio Buero Vallejo; "La camisa", "el tercer poder",... de Lauro Olmo)
Ha habido autores que han jugado con los tópicos y son actualmente conocidos y valorados ("Petra regalada" -prostituta-, Samarkanda -amor homosexual incestuoso, de Antonio Gala)
Fernando Arrabal absurdo ("Picnic"), provocador, rebelde, de calado social ("Muñeca 88"), Está ahí, en la literatura, en la cultura, en la sociedad, pese a quien pese.
"La taberna fantástica", de Alfonso Sastre, activista político de izquierdas que increpa al fascismo.
Darío Fo con su feminismo ("Monólogos").
Y así tantos otros.
Y las salas, como la Sala Cadarso, el Gallo Vallecano, las salas de teatro experimental y no convencional, centros culturales, teatros de Madrid han estado y algunas siguen a la altura de los no convencimientos ultraconservadores personales. 
Sólo me queda decir: ¡Abajo la dictadura para el arte! Aunque, el propio arte las combate, no necesitan del apoyo de nadie.




No hay comentarios:

Publicar un comentario