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martes, 20 de enero de 2015

LA ENSEÑANZA PÚBLICA, LA DE CALIDAD, ESTÁ EN PELIGRO DE EXTINCIÓN

La enseñanza pública, la de calidad, está en peligro de extinción.

La enseñanza pública va de capa caída. Hace algunos años, empezó a brillar el sol, la única diferencia con la privada era la hípica y la natación. La legislación, con sus errores, apostaba por los padres de la pedagogía moderna, “LA ESCUIELA NUEVA”; personajes como las hermanas Agazzi, Froëbel, Montessori, Ausubel, Decroly, Freinet, Vygotski, Freire, Neill, Piaget, escuelas Bosco,… (no olvidemos a Rousseau), movimientos de renovación pedagógica en Cataluña, Madrid,… un cóctel de médicos, pedagogos, políticos, religiosos, maestros,…, una actitud frente al proceso de la enseñanza, inundaba nuestras aulas, nuestra pedagogía, nuestros recursos, nuestros proyectos, nuestras ilusiones; tal vez, algunos fuesen llevados por la marea del esnobismo, de la moda, pero frente a éstos, una gran mayoría nos adentrábamos en esa promesa de presente y de futuro. Hoy, de la noche a la mañana, nos recortan los recursos materiales y humanos, nos cambian los planes educativos por planes políticos, cambian calidad por presunta “excelencia”, un mal bilingüismo sin arraigar y desarrollar, reducen las clases de música (recuerdo aquellos maestros de música que parecían hombres y mujeres orquestas yendo de pabellón en pabellón y luchando por un aula. ¡Y lo consiguieron! En Fuenlabrada, uno de ellos decoró su clase como si fuese un bosque encantado. Maestros de música que se organizaron en el colectivo AMAMUS, que organizaban cursillos entre ellos y, al inicio del verano, cursillos de aprendizaje de bailes, canciones y diversas actividades para llevarlas al aula). La artística se queda en simples láminas y troquelados, asistimos a un juego de colección de libros de texto (cada vez que se encuentra una dificultad en el alumno, más libros), la acción tutorial desaparece frente a los alumnos (sólo queda para los padres y como representantes de un aula), las horas pertenecen por entero a las materias, la experimentación se queda a un lado frente a la teoría sin demostrar. Obligamos a los alumnos de infantil a sentarse y esperar el desayuno, la comida y la cena de fichas indigestas (¿Dónde quedaron aquellas jornadas de infantil en las universidades, en el mes de junio, donde se intercambiaban experiencias y donde los que fuimos ponentes defendimos con nuestra palabra, nuestra experiencia, nuestro material, nuestras ideas, nuestros proyectos aquello a lo que nos habíamos comprometido, unos preceptos para una ejemplar educación). Apenas existen talleres, escuelas de padres,… Los proyectos se han ido al garete y en su lugar las editoriales llaman proyectos a sus libros editados. ¿Qué pasó con los principios educativos de la Escuela Nueva que aún deberían estar vigentes? Una portada en papel couché esconde un desarrollo de escasa componenda pedagógica y de mucho bla bla bla en los tiempos actuales. También existieron dificultades y conflictos, pero, aún con eso, prefiero aquellos tiempos desnudos que a estos vestidos. ¿Y qué hacemos? ¡Echar a los leones a aquellos locos valientes! ¿Feliz día del maestro?

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